Parece mentira que el departamento del Guaviare esté convirtiéndose en un gran destino turístico, con un enorme potencial de atraer a viajeros de todo el mundo. Parece mentira, pero no lo es. “Guaviare hace parte de esa Colombia más grande que se nos amplía con la perspectiva de la paz, la cual queremos posicionar a nivel mundial”, asegura Felipe Jaramillo, presidente de ProColombia, entidad que promueve a esta región como uno de los principales destinos del país en el 2017. Aunque San José ha sido una capital estigmatizada por la violencia de otras épocas, la Cámara de Comercio local afirma que en 2015 la región fue visitada por cerca de 9.000 turistas. Guaviare, cuya población es de 113.000 habitantes, está lleno de posibilidades. Llegar hasta allí no es tan difícil como se cree, pues para pisar sus tierras basta tomar un vuelo en Bogotá –dura 45 minutos– o embarcarse en un viaje por tierra que dura cerca de ocho horas por vías en muy buen estado. Estas son algunas de las maravillas naturales del Guaviare. ( En video: Las maravillas del Guavire) La linda ruta hacia La Lindosa Arribar a territorio guaviarense es todo un privilegio para los que aman los destinos de naturaleza. Significa llegar a una zona rodeada de selva tupida, en la que se destaca la serranía de La Lindosa, toda una joya escondida por sus variados ecosistemas, formaciones rocosas y asombrosas especies animales, como el tigrillo. El biólogo César Arredondo asegura que la zona de 18.000 hectáreas acoge más de 300 especies de aves. “Es un lugar perfecto para la ornitología”, resalta. Además, en La Lindosa se encuentra la Ciudad de Piedra, cuyas rocas forman calles y hasta carreras. Y es que los guías han dado nombre a las intersecciones, que dan la impresión de estar en una urbe de roca. Atención también a los pozos de agua que están por doquier, a la flor del Guaviare –una especie de planta endémica, símbolo del departamento–, a las cuevas y a balnearios como Caño Lajas, muy parecido a Caño Cristales por sus algas multicolores. or la carretera a Puerto Arturo, en el alto de Quiebra Patas, se encuentra una de las más sorprendentes formaciones rocosas del departamento: la Puerta de Orión.
El lugar exhibe una ordenada distribución de cavidades y cornisas. Desde su punto más alto, los visitantes pueden ver lo imponente que es toda la serranía: el hábitat perfecto para aves como el atrapamoscas risquero (Hirundinea ferruginea) o el popular gallito de roca (Rupicola rupícola). Trazados rupestres en cerro Azul Los rastros que siglos atrás dejaron los seres humanos que habitaban lo que conocemos como Guaviare pueden verse en las pinturas rupestres de cerro Azul, también conocido como cerro Pinturas. A 47 kilómetros de San José queda este imponente y majestuoso lugar, donde una formación rocosa sobresale entre la selva. Para visitar este lugar hay que emprender una caminata de una hora. Aunque no se tienen datos concretos de la antigüedad de las pinturas, los guías locales afirman que tienen más de 1.000 años. “Lo que hay en cerro Azul son representaciones culturales de comunidades indígenas, como en la serranía de El Chiribiquete o sierra La Macarena”, explica Luis Cardona, guía de la cooperativa turística Recréate Guaviare.
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